El viento transmite el sonido de las hojas
trepando la roca.

Es la voz de un indómito pueblo

por miles de estrellas protegida.

(Rayen Kvyeh)

viernes, 3 de diciembre de 2010

ENTREVISTA Nº1

Entrevistada: Profesora mapuche.
Residente de la comuna de Nuñoa, Santiago.
Edad: 30 años.

01/12/2010.

¿Qué significa para usted ser mapuche?

Para mi ser mapuche tiene un sentido de pertenencia a una cultura. Es un universo de significados: desde la comida, el lenguaje, el vestuario, las creencias. Son diferentes. En mi caso yo tengo muy internalizado eso. Por ejemplo los valores que mis padres me han inculcado. Esas son cosas que se han perdido en la sociedad actual, los valores. Por ejemplo el valor de la familia; para nosotros es muy importante, ya que mis padres son mapuche y también mis abuelos. Que a pesar, de que mis padres hayan migrado a la ciudad, y de que yo naciera en Santiago, pero mi padre es de una comunidad en Galvarino y mi madre es de Osorno, mapuche güilliche. Igual de una u otra forma te van transmitiendo ciertos valores que no están en cualquier familia que es mestiza  o es familia chilena. Hay una diferencia importante, sobre todo en el tema de abordar la vida y los problemas que uno enfrenta a diario. Es una visión de mundo distinta. Por ejemplo la creencia mapuche, la cosmovisión, de cómo uno entiende la relación que uno tiene con el medio ambiente, cambia. Hay una conexión, hay una sensibilidad distinta. Yo creo que pertenecer no solo a la cultura mapuche, sino también a cualquier pueblo originario, ya sea en el caso de los Aymara, que son comunidades originarias, hay ciertos valores que se cruzan. Hace un tiempo atrás escuchaba a un lonko, que es la autoridad en el pueblo mapuche, y el decía: "la iglesia del mapuche no tiene límites. Cuando tú haces una oración, es decir una rogativa, tu piso es la tierra, y tu techo es el cielo"; entonces así de profundo es. Es tremendamente conectado con la naturaleza, con la energía de la tierra.

¿Tú sientes que es muy distinto  a la cultura chilena?

Claro, es muy distinto. Es que la cultura chilena, si tú lo analizas, es una mezcla y lamentablemente a veces los valores se van perdiendo. También hoy en día estamos en una sociedad en donde la familia se ha desintegrado, los roles, los papas, las mamas, no están definidos y en muchos casos están ausentes. Entonces ahí partimos con una diferencia.
Todas las personas  necesitamos saber en distintas formas de donde “yo provengo”, “de donde vengo”, “cuáles son mis orígenes” porque ahí tú te plantas en la vida. Eso te permite tener una identidad, y cuando tu asumes una identidad asumes una madurez, valoras más las cosas, y eso hace que tengas un horizonte, te proyectes, estés más plantado en la vida.
  
¿Tú crees que los mapuche tienen una identidad bien clara?

Si, clarísima, clarísima. Porque, por ejemplo, claro, cuando suceden todos estos problemas, con las tierras, los territorios, que es bastante histórico, son siglos de lucha. No es una cosa, por ejemplo, que sucede en el sur, sino a que tu familia, a tus familiares directos, les afecta. Yo tengo el caso de mis abuelos, que ellos viven en el campo, y ellos jamás pensarían en venirse a la ciudad, porque ellos crecieron, se criaron en la comunidad, entonces es perder su esencia el venirse a la ciudad.  En cambio mis papás estaban en una etapa en la que ellos por las  dificultades, para desarrollarse, buscaron otras instancias, entonces tuvieron que emigrar. Las circunstancias los hicieron emigrar. Pero mis abuelos no podrían: ellos subsisten como una familia que vive en el campo, con su huerta, con el pozo de agua, sembrando, con los árboles. 
 Y ahora igual ellos tienen problemas porque en ese territorio es el sector donde viven más mapuche, o en los nortes aymara, donde se instalan los grandes grupos económicos. Entonces llegaron las forestales, y ellos están al lado de una forestal.  Entonces la forestal hace plantación, de pino, de eucalipto, y son árboles que crecen y en 20 años ya están grandes, entonces ¿Qué hacen estos árboles? Absorben súper rápido el agua, el agua de la tierra. Entonces los terrenos se secan, y no es que se sequen delimitadamente esas hectáreas, si no que los alrededores están afectados, directamente afectados. Entonces ahí se empiezan a generar conflictos. Y eso es en gran parte el conflicto indígena, muchas situaciones así. Más al sur, en los sectores costeros, las pesqueras, también. En el norte, las mineras. Con los aymara han tenido muchos problemas las mineras. Es el tema del agua, porque si se contamina el agua… el agua es la fuente de la vida.  Sobre todo en el norte, porque cuando yo conversaba con unas chicas aymara, me decían: “si no tenemos agua, no podemos vivir” Y eso en realidad es para todos, por eso es que el agua es sagrada.

¿Y ellos usan pozos de agua?

Claro, claro. Pero por ejemplo en el caso de mis abuelos, hay algunos hijos que, claro, viven en la ciudad y que los van a ayudar de repente a buscar agua para que no les falte. Mis papás cuando viajan al sur van en vehículo y entonces van donde hay esteros, lejos, y la cosa es recolectar agua para que ellos tengan por periodos prolongados. Pero tú sabes que eso se utiliza, entonces proveerse  todo el año es complicado.

¿Y el agua la sacaban de la tierra?

De los pozos, pero los pozos se secan, por lo mismo que te comentaba, por las forestales. Entonces eso influye directamente.

¿Y hacen marchas, o algo por el estilo, para enfrentar eso?

Sí. Todo lo que se ha visto en la televisión es un llamado de atención social. Cuando los presos mapuches hacen la huelga de hambre ellos en el fondo están diciéndole a la sociedad chilena, están tratando de remecerla, de que se haga consciencia de toda la situación que se está viviendo. Porque hay comunidades que están militarizadas, que estaban militarizadas, estaban llenas de militares. Entonces si entra alguien extraño tiene que dejar sus datos, su carné. Por ejemplo, yo participe en una organización mapuche que viajó a conversar, a ver el testimonio de los hermanos que estaban principalmente en estos conflictos, en esta lucha. Entonces ellos daban sus testimonios de cuál era la situación que estaba ocurriendo. Entonces cuando ellos dicen “bueno, se persiguen hasta los niños”, entonces, claro, una sociedad que está atacando incluso a los niños y se supone que a la infancia hay que protegerla, porque la infancia es la socialización primaria, es cuando tu desarrollas tu conciencia, tu personalidad, tus hábitos. Es tremendamente importante el desarrollo que una persona tiene en su infancia. Marca tu vida la infancia.

¿Tú como te referirías a los mapuche? ¿Los consideras una etnia, un pueblo originario, una nación…?

Mira, cuando uno define está hablando de un lenguaje. Es un lenguaje que tu puedes interpretar desde varios puntos de vista: jurídico, lenguaje cotidiano. Y si ahora por ejemplo nosotros nos damos un término, se tiene bastante recelo y miedo a la vez por considerar a los indígenas de nuestro país como un pueblo, por el tema de la autonomía, por el tema de crear naciones dentro de una nación. Entonces está el tema del reconocimiento constitucional, y por eso no se les ha dado el carácter de pueblo. Ahora, cuando se firman y ratifican por ejemplo el convenio 169, que es un convenio de carácter internacional para dar ciertas garantías a los pueblos originarios, ha sido un avance que ha costado años de lucha a muchas organizaciones. Las organizaciones mapuche, de hecho, ahora tienen una estructura que es más bien “chilena”, no desde el concepto mapuche, porque desde el concepto mapuche las jerarquías son diferentes, aunque se busque y se tienda a tener un paralelo con lo que es su cultura.

¿Entonces tú crees que Chile no los considera un pueblo por ese problema jurídico?

Claro, por los efectos. Por el efecto jurídico. Y por ejemplo hay encuestas, estudios sobre el común de los chilenos que tienen más conciencia, y que consideran que las reivindicaciones son necesidades y son deudas históricas. Yo creo que el ciudadano común tiene bastante conciencia, y sobre todo creo la generación actual.

Sí, de hecho nosotros estuvimos en paro por la situación de los mapuche.

Sabes eso es tan importante, y yo lo agradezco infinitamente a la universidad y a los jóvenes, porque se supone que la universidad tiene que tener jóvenes críticos de la sociedad en la que estamos viviendo, de la realidad. Porque se supone que los profesionales que salen de la universidad son los que tienen que tomar decisiones, son los que tienen que remecer a la comunidad. Entonces me parece que lo que han hecho los jóvenes en muchas universidades ha sido un aporte enorme porque o si no no se les habría escuchado a los comuneros que estaban en huelga, o si no habrían muerto. De hecho la huelga que se paró en Concepción fue por el riesgo vital que había, porque llegó un momento en que si ellos continuaban la huelga estos chicos morían. Y a nosotros nos sirven los líderes vivos, no nos sirve que mueran. Entonces en el fondo está esta dualidad, esta cosa de la lucha, pero si estos jóvenes hubiesen muerto los efectos sociales que habrían habido también… la protesta social habría sido tremenda. Entonces el gobierno yo creo que igual lo consideró.
Y lo otro es que también hay medios internacionales, organizaciones, ONGs, por ejemplo, en Europa. En la organización en la que yo participo nos han visitado gente de Italia, de Suecia, chilenos que ellos mismos hacen redes. Y bueno, allá la gente tiene mucha más conciencia. La gente lee más. Yo creo que acá a veces uno se deja influenciar mucho por la televisión, y los medios de comunicación están demasiado manejados por grupos económicos. Y la opinión de la gente también está sesgada. A mí me ha tocado conversar con personas que no tienen idea absolutamente de nada y opinan como si realmente los mapuche fueran terroristas. Entonces, claro, cuando uno no conoce el testimonio, cuando uno no conoce los procesos, obviamente tiene una opinión sesgada. ¿Y lo puedes culpar tú? ¿Realmente? Entonces, es complicado. Y se va reproduciendo, porque si yo comparto que esta causa no es justa, mis hijos van a pensar lo mismo. Entonces se van repitiendo algunos esquemas. Y sobre todo en las escuelas. A mí acá me ha tocado conversar con alumnos y claro, algunos alumnos muy conscientes, muy críticos, pero también hay alumnos que son muy cerrados. Entonces ¿qué estrategia yo uso para que tomen conciencia? La conversación, solamente la conversación. Y saber enfocar bien un debate, eso es muy importante. Y lo he hecho en clase, pero acá se supone que tampoco puedo estar llevando los jóvenes a la lucha porque uno tiene un rol. A mí me contratan para hacer clases de tal cosa. Entonces yo tampoco me puedo aprovechar de esa situación. Pero sí se ha dado, si lo he conversado. No con todos los cursos, pero lo he hecho. Y, bueno, todo el colegio sabe que yo trabajo en una organización, que soy mapuche. Que he estado en varios proyectos culturales. Y en el fondo eso me ha validado para trabajar el tema mapuche. Hace poco en mi organización nosotros lanzamos un libro. Un libro de cuentos, relatos y adivinanzas. Aparte eso te permite aprender, porque uno nunca termina de aprender sobre su propia cultura. Entonces eso es uno de los valores y el patrimonio más importante. Y no todos los países lo aprovechan. Hay algunos países que le sacan un partido enorme al tema de sus pueblos originarios: México, piensa tú. En Paraguay, el 80% de la población habla guaraní. Cuando los jugadores de fútbol juegan y ellos se hablan entre ellos, ellos hablan en guaraní. Y la gente en la calle habla guaraní. A nivel de conciencia yo creo que ellos han estado más evolucionados.

El historiador Sergio Villalobos indica en un artículo publicado en El Mercurio: “Quienes se dicen “mapuche” descienden por lo tanto de los dominados como de los dominadores. Son tan chilenos como todos, porque la inmensa mayoría del país es mestiza y cabría, en consecuencia, preocuparse de igual manera del poblador de las periferias de las ciudades, de todos los campesinos y los habitantes de Combarbalá, Renca o Melipilla. En todos ellos hay mestizos chilenos pobres que merecerían igual derechos que quienes invocan “derechos ancestrales”. ¿Qué opinión le merece este comentario?

Yo creo que eso transgrede el principio de la diversidad. Yo creo que una de las características de las personas de Derecha es que somos todos iguales. Y entonces uno piensa ¿seremos realmente todos iguales? Yo creo que somos todos distintos. Es complicado el tema. Él lo pasa a un tema social, toma el tema de la pobreza. Obviamente en el tema de la pobreza los estudios dicen que los más pobres de nuestro país son mapuche. Según el Mideplan, un gran porcentaje lamentablemente de la extrema pobreza, son indígenas. Pero ahora el tema pobreza se refiere también a lo material. ¿Es el tema material lo más importante? ¿Cuál es el peso que se le da a la cultura? Si la cultura es patrimonio. Ahora por ejemplo si yo no tengo una renta estable ¿eso significa que soy más pobre? Yo lo miro por el lado de mis abuelos, yo siempre recurro a eso. Mi abuelito no trabaja en nada, él solo se dedica a trabajar la tierra. Su forma de vida, de subsistencia, es el trueque: tengo esto, te lo intercambio por esto otro. Entonces si uno no percibe renta es considerado pobre. Porque así miden las encuestas, así miden la pobreza: sobre tu renta, que tipo de televisor tú tienes, cuantas camas hay en una casa. Esa es la forma de medir la pobreza.

Te voy a contar una situación. El ministerio de Educación hace un instrumento de evaluación, que es el SIMCE. Tiene que medir a nivel de país a todos en la misma forma. A todos en la misma forma en el tipo de pregunta. Estas preguntas las tiene que validar. Hace un estudio para ver si todos entienden lo mismo. Entonces si todos los niños entienden lo mismo van a (poder) responder esta pregunta. Pasó que hace un tiempo atrás, en una de las preguntas del SIMCE, porque se les hace a nivel de país a todos en las mismas condiciones, todos tienen que darla con las mismas oportunidades. En el norte, en la comunidad aymara, es parte de su hábito tener llamas. Las comunidades tienen llamas, alpacas.  Entonces una de las preguntas decía, que iba enfocada como un ejemplo: “Si hay siete llamitas y se va una ¿cuántas quedan?” Y los niños respondieron: ninguna. Si lo miramos desde el concepto matemático, la lógica matemática: siete menos una, nos quedarían seis. Entonces estos niños respondieron de forma errada, no saben. Pero resulta que en la realidad que viven ellos, ellos saben que si una llamita se va, se van todas. Entonces, por lo tanto, culturalmente, no quedaría ninguna. Eso es lo que hace la diferencia de pertenecer a un pueblo: es una forma de pensar y de vida distinta. Entonces ahí yo te puedo responder: no somos todos iguales, somos todos tremendamente diferentes. Entonces el ministerio después hizo un análisis ¿Por qué todos estos niños respondieron así? Y ellos se dieron cuenta que esta pregunta estaba mal enfocada. Porque ellos tenían que abordarla desde la cultura de esos niños, desde la pertenencia cultural.

Es decir, ¿tú crees que se debería hacer un SIMCE diferenciado?

Es que el SIMCE tiene que ver la parte cultural. Porque por ejemplo mi hermana me decía, que es parvularia, que en Chiloé todos los niños trabajan con un determinado material. Ellos tienen una capacidad para trabajar con ese material que no la van a tener los niños de otras regiones. Entonces tiene que mirar en ese enfoque: el enfoque cultural de ese lugar, socio cultural. Por eso que te digo: todos somos diversos. Los tratados internacionales, lo que buscan, es que se valore la diversidad, en detalles tan simples como eso.

¿Entonces tú crees que el comentario de Sergio Villalobos homogeniza?

Claro, homogeniza. La educación en Chile homogeniza también: para todos lo mismo. Entonces te hace entrar en otra lógica. Claro, una persona que nace en la ciudad pierde mucho ese enfoque cultural que los que nacen en las comunidades. Aunque igual hay una diferencia. Por ejemplo en mi caso por mucho que yo conozca la cultura, que hable un poco de mapudungun, que cante en mapudungun, que haya hecho investigación por ejemplo del matrimonio mapuche, del tema de la pacificación de la Araucanía… pero hay cosas que yo he perdido que son innatas a una persona, a una mujer que nació en la comunidad y que se crió ahí. Porque yo nací en otras circunstancias, en otro entorno. Entonces van a haber diferencias, sí o sí. Ahora, yo estoy marcada por mi familia, porque mi familia me entregó otros valores. Por ejemplo en la familia mapuche ¡al abuelo y a la abuela se les respeta! En cambio, no sé, yo miro otras familias, y los chicos no están ni ahí con los abuelos, y les dicen hasta groserías. Entonces yo digo: pucha, sería impensable, mi papá, mi mamá me matan si le digo una grosería a mi abuelo. Porque ellos son los más sabios, ellos han vivido otras experiencias. Entonces cuando yo tengo dudas, consultas, les pregunto a ellos, porque ellos han vivido más en esta vida. Entonces ellos son una guía, una guía para la comunidad. Y en todos los pueblos indígenas: en RapaNui también. En la isla ellos tienen el consejo de ancianos, y son los más sabios, lo componen los abuelitos, porque ellos tienen más experiencia.

¿Usted se siente más identificado/a con el pueblo mapuche en particular o con el pueblo chileno en general?

Yo creo que ante todo soy mapuche. Es una cosa que yo no puedo evitar, porque yo pienso como mapuche. Y ¿Qué es pensar como mapuche? Todo lo que te decía. Es por ejemplo que si yo me saco los zapatos, y toco la tierra, ya es distinto, yo ya tengo una energía distinta; si yo, por ejemplo, tengo ganas de cantar, canto en mapudungun. Cuando yo era niña con mi mamá éramos mucho de conversación. Son detalles. Tengo mis joyas, tengo mi trapelacucha, tengo mi trarilonko, tengo mi atuendo mapuche, y me lo pongo para ocasiones especiales. Para mí es innato hacer mi oración para el cambio, del retorno o el año nuevo mapuche, o año nuevo. Que no es como el calendario lo dice, primero de enero, sino en junio: entre el 21 y 24 de Junio se produce el solsticio de invierno. Entonces la tierra cambia, cambia la naturaleza, un cambio de ciclo a nivel del medio ambiente y a nivel de las personas. Entonces, por ejemplo, yo viví en el extranjero, estuve tres meses y medio viviendo en Sudáfrica, hace dos años, y ese día fue inevitable que yo no hiciera la ceremonia, es como que la sangre te tira, eso a mí me pasa. Entonces yo tuve que hacer una rogativa ¿Qué es una rogativa? Una oración. Y la hice, y con eso me quedé tranquila y feliz. No podría dejar de hacerla, era una necesidad. La espiritualidad como uno la va desarrollando: el respeto, la fe, creencias, que no solamente tiene que pedir, sino que tiene que agradecer, porque la oración mapuche es agradecer. Yo tengo siempre que agradecer, y después pido. Entonces no es solamente pedir. Bueno, uno tampoco puede juzgar las otras religiones, porque cada religión tiene sus formas. Y las tiene que respetar uno, tiene que tener la capacidad de respetarlas, toda la forma de creencias.

¿Alguna vez se sintió discriminado/a por ser mapuche? ¿En qué ámbitos?

No, la verdad es que no. En el colegio tuve problemas, cuando estudiaba, porque era la mejor alumna, entonces se provocaba el desagrado en mis compañeras. Pero ¡claro!, es un período, después uno entiende. Después sobretodo cuando yo empecé a trabajar entendí perfectamente porque me pasó esa situación. Entonces después uno dice: bueno es parte de la vida, a algunos les tocan vivir unas cosas, a otras les tocan vivir otras. Y uno va desarrollando la resiliencia, la capacidad de sobreponerse a la adversidad. Pero no, yo creo que también depende de uno, de cómo uno lo aborde, lo enfrente. Yo creo que si uno tiene claritas las cosas no tiene porqué no aceptar de repente una broma. Es como una persona que es extranjera, la capacidad de adaptación a otro lugar.

¿Qué percepción tiene de los conflictos que ocurrieron recientemente (huelga de hambre)?

Bueno, eso es súper largo, no es para explicar en diez minutos. O sea, para que entiendas tú la situación, el contexto, es súper largo. Yo tendría que partir, para explicarte, desde la pacificación de la Araucanía. Y tú entiendes, se dio hace harto tiempo atrás. Cuando, bueno, el ejército chileno empieza a avanzar, llega a la zona donde están, viéndolo desde el punto de vista de los historiadores, los más difíciles de vencer. Porque los mapuche son luchadores. Una de las características del mapuche es que es luchador, porque si vienen a atacarlo, él actúa. Entonces cuando llega el ejército chileno a la zona... bueno, la pacificación es una matanza, así realmente es. La gente que se salvó fue porque algunos pasaron a la cordillera, al otro lado. Dentro de las investigaciones que yo he hecho, los bebes los escondieron en los troncos de los árboles; hicieron un hueco y los escondían. Entonces, claro, la gente murió, y los que sobrevivieron revisaban los árboles. Entonces esos bebés fueron los que dieron el testimonio. En el fondo lo que se buscaba era avanzar en el territorio, eso era lo que buscaba el estado de Chile, porque habían llegado hasta el Biobío y querían avanzar hacia el sur. Y se avanzó ¿cómo? Una guerra. Esa fue la pacificación del Arauco.

Pero el problema actual ¿porqué se dio? ¿Por las tierras? ¿Por qué?

Por las tierras. Porque de ahí viene. Yo creo que eso es uno de los orígenes. Y lo otro también son los hechos que van sucediendo. Por ejemplo, en el sur llegaron muchos extranjeros, llegaron alemanes a las zonas de los huilliches: Valdivia, Osorno, Frutillar. El estado les dio todas las facilidades para que ellos se asentaran, y ellos empezaron a expandirse. La gente después de este periodo se empobreció mucho. Y muchos, por ejemplo, cambiaron tierra a precio de huevo. (¿Los mapuche?) Claro. Yo tengo una amiga que es antropóloga que me contaba que también a muchos los curaban y los hacían firmar; entonces, ese fue uno de los males. El otro mal que también ocurrió fue la evangelización, porque tú recibías la biblia y a cambio dabas tu tierra porque lo que dice la religión es que tú debes deshacerte de tus bienes, o sea entregarte a Dios. 

(Corte dramático porque se acabó un lado de la cinta del cassete)

Nosotros hemos analizados algunas de las situaciones, para ponerte en contexto, porque son muchos detalles. Es una pincelada en estos momentos lo que nosotros estamos conversando, pero tengo documentos que nosotros hemos escrito. Tres horas es poco; esto es hablar, hablar, hablar, porque es mucho, son muchas las situaciones. Piensa tú: las comunidades se empobrecen, los jóvenes se van a la ciudad, las mujeres se van a trabajar de empleada doméstica, de nana; los hombres se van a la panadería, a la construcción. Y ahí se empieza a perder todo el tema cultural. Yo diría que por el ochenta y tanto empiezan las organizaciones de nuevo… bueno, viene el período militar que también afectó la causa, que estuvo detenida el tema indígena. Ahí no se podía. En la dictadura los mapuche el tema de la recuperación de tierras… piensa tú que estábamos en otro sistema político, entonces no estaban las condiciones dadas. Por ejemplo no se podría haber hablado jamás de un convenio internacional, jamás de reconocimiento institucional, ¡nunca! Porque eran otras las condiciones políticas que estaba viviendo el país. Los derechos humanos con nadie.

¿Conoce la ley antiterrorista? ¿Qué le parece que los activistas mapuche sean juzgados por esa ley?

Bueno, la ley antiterrorista  se crea en el gobierno militar. Y se supone que estaba dirigida para todos estos grupos como el Frente Patriótico, grupos que podían afectar la institucionalidad de ese periodo; entonces por eso fue creada. Después en los gobiernos de la Concertación es donde se aplica, si eso es lo más increíble. Y claro, se aplica porque hubo tomas de terreno, quemas de fundos. Obviamente yo no te voy a decir que eso no se hizo, pues eso ocurrió. Empiezan a haber recuperación de tierras… pues, claro, por ejemplo yo te digo: “aquí vivieron mis bisabuelos” entonces la gente empezó a tomar, se empieza a reactivar el movimiento, empieza a haber una conciencia, una lucha social, un llamado. Yo creo también que lo que le sucedió a la comunidad en general fue ¡hasta cuando la gente se va a la ciudad! Y la comunidad no existe, la cultura se está perdiendo. Es un todo. La gente cada vez esta más pobre. La lucha social se empieza a dar y… yo creo que es un tema de harta valentía, de harta preparación. Porque por ejemplo los líderes de la CAM, la Coordinadora Arauco Malleco, y los otros, el Consejo de Todas las Tierras, todo estos líderes, son gente intelectual. No es que a un comunero cualquiera se le ocurra. Es gente intelectual, gente preparada, gente que ha ido a la universidad. El líder de la CAM es sociólogo. El líder del Consejo de Todas las Tierras es abogado. Entonces tienen otras herramientas para enfrentar. Si hacemos un paralelo podría ser lo que hizo Lautaro; cuando vive con Pedro de Valdivia él aprende todas las estrategias: utilizar el caballo, que el caballo no se conocía. Para los mapuche era un animal exótico. Entonces lo que hace Lautaro, es aprender del caballo y aprender de los españoles y después cuando él se va de ahí, de su lado, porque él arranca, se va a las comunidades… y bueno ve también todos los atropellos que hay contra los mapuche; entonces él se va y hace causa social, y dice “bueno, yo sé como vencer a los españoles”. Entonces yo creo que es él el que históricamente plantea en el fondo cuales son las estrategias. Y parte de las estrategias, que son utilizadas militarmente, es que las comunidades enfrenten por comunidades. Entonces una comunidad lucha con los españoles; esta comunidad se cansa, viene la otra comunidad y así se van turnando. Entonces los agotan. Entonces por eso se dice que los mapuche no pierden la guerra contra los españoles, la pierden contra los chilenos, contra el ejército del estado chileno. 
Yo hablaba con una profesora de historia que decía que se dice que la corona española legitimizó y le dio la autonomía al pueblo mapuche. Ellos consideraron que el pueblo mapuche era un pueblo-nación; ellos validaron eso, aceptaron eso. Y el pueblo chileno, no.
Entonces son hartas cosas. Tú por donde te vayas lo analizas desde tantos enfoques. Es un todo: el tema religioso que influyó, que llegó la iglesia; el tema económico, que se vio afectado enormemente, la pobreza que se vivía, las pérdidas humanas. Todo eso influyó. Por eso es que el conflicto mapuche no se soluciona de un rato para otro, porque es una cosa histórica. Entonces los que toman decisión son lo que deben comprender. Además que los que toman decisión tienen también intereses económicos, intereses creados. Por ejemplo en el caso de las multinacionales, de las represas, de las hidroeléctricas. Y esas es una de las cosas que ocurre, que generalmente los grandes grupos económicos tienen intereses ¿y donde están esos intereses? ¿Dónde están las mayores fuentes económicas? Es en las comunidades. Pensemos en las mineras ¿Dónde están las mineras? En territorio Aymara. ¿Dónde están las forestales? En territorio mapuche. ¿Dónde están las pesqueras? En territorio Lafquenche. ¿Hidroeléctricas? Zona pehuenche. Entonces, claro, además son los más débiles, se supone. Pero ellos tienen el poder económico.

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